domingo, 14 de octubre de 2012

Conchita se viste sobre un umbral de mentiras.

La noche me ciega. La ciudad me puede. Gritos constantes diciendo que no vuelva a casa. Granada. Ciudad de gigantes. Irrelevante. Ansías cada segundo tu marcha. Aquel aroma me embriagaba y me hacía sentir nostalgia de la vida que quizás no tenga. Olía a libertad, mi libertad; nuestra libertad. Conchita se viste sobre un umbral de mentiras. Todos los días el mismo cuento, pero en la misma realidad. Apuntas frases que nunca verán la luz. Sueñas despierta mientras te precipitas al vacío. No sabes qué ocurre, pero es superior a ti. Abrázame por la espalda. Prométeme cosas que nunca hayas prometido.

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