Estómago echo papilla. Ganas echas trizas. Alma echa pedazos.
Me gustaría no comer nunca más para encoger y desaparecer. Quiero hacerme una bola más y más pequeña hasta su desaparición.
Me gustaría no volver a dormir para no poder acordarme de ti de ninguna manera. Nunca.
Me gustaría borrarte y hacer como si estos 11 meses nunca hubiesen existido. Pero han existido; has existido.
Pero Pedro, no te atrevas a preguntarme si estoy bien, si sabes que no lo estoy, ni voy a estarlo.
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